¿De quién es esta la tecla gorda?
Hola a todos, luego de afanarme con en enchulamiento de mi blog me he decidido a comentar nuestro entretenido fin de semana.
El lugar del encuentro fue “la Tecla”, no pienso hacer un link a su página por que la atención no estuvo muy buena. Los comensales de esta oportunidad fueron: Sandra, Giova, Raúl, Claudia, Joshi, Allan, Eloisa, sí Eloisa “She is new”, Chilimplín e Il Postino, la hora del encuentro fue a las 21:30 Hrs.
Habíamos hecho una reserva para nueve personas esperando que llegaran cuatro, pero esta vez aparecieron todos (esta claro que lo organicé yo). El lugar estaba bien, teníamos una buena mesa, escuchábamos música de Elvis Presley y muchas ganas de compartir un momento agradable.
Luego de pedir la carta procedimos a realizar los pedidos, dentro de los cuales se encontraban Pisco Sour, Jugos de Frambueza, cervezas, y los famosos panqueques (tecla gorda, jamonelli, del Chef, del Mar, etc.).
Todo iba perfecto pero me tinca que el enredo se generó cuando empezamos con las mitades de uno y otro, la niña que nos atendió llegó con unos pedidos que jamás realizamos y se armó una confusión monumental, el resultado fue que 2 de nuestros comensales más hambrientos quedaron sin sus pedidos (Joshi y Giova).
La niña que nos atendió nos dijo “sus panqueques van a estar listos en 5 minutos” (todavía creen en el viejito pascuero), fueron los minutos más largos de la historia, Elvis alcanzó a cantar: It's Now Or Never, In My Way, Jailhouse Rock, Love Me Tender, My Way, etc, etc, pasaron como 40 Minutos y no pasaba nada, Joshi tenía una carita que no lo hacía reír ni un sindicato de payasos, pero al final llegó y se devoraron sus panqueques, igual estaban bien pero la espera nos mató la jornada.
Luego de esto, nos dirigimos a continuar el carrete en la casa de Radúl (“El Iglú”), después de prender muchas estufas logramos temperarnos. No se a quien se le ocurrió la brillante idea de jugar al 21 y aportar plata, ya veníamos bastante descuartizados después del “palo” que nos pegó la tecla, pero nos quedaba como “luquita” y teníamos la esperanza de recuperar algo del dinero gastado.
En resumen, Allan nos cagó a todos y se quedó con nuestras preciadas “luquitas”, así que con la cara llena de risa no nos quedó mas que marcharnos a nuestros aposentos.
A pesar todo fue una noche muy agradable.
PD1: ¿Cuándo te armay otro carretito?
PD2: ¿De quién es esta tecla Gorda?
Un Abrazo cariñoso
Il Postino
El lugar del encuentro fue “la Tecla”, no pienso hacer un link a su página por que la atención no estuvo muy buena. Los comensales de esta oportunidad fueron: Sandra, Giova, Raúl, Claudia, Joshi, Allan, Eloisa, sí Eloisa “She is new”, Chilimplín e Il Postino, la hora del encuentro fue a las 21:30 Hrs.
Habíamos hecho una reserva para nueve personas esperando que llegaran cuatro, pero esta vez aparecieron todos (esta claro que lo organicé yo). El lugar estaba bien, teníamos una buena mesa, escuchábamos música de Elvis Presley y muchas ganas de compartir un momento agradable.
Luego de pedir la carta procedimos a realizar los pedidos, dentro de los cuales se encontraban Pisco Sour, Jugos de Frambueza, cervezas, y los famosos panqueques (tecla gorda, jamonelli, del Chef, del Mar, etc.).
Todo iba perfecto pero me tinca que el enredo se generó cuando empezamos con las mitades de uno y otro, la niña que nos atendió llegó con unos pedidos que jamás realizamos y se armó una confusión monumental, el resultado fue que 2 de nuestros comensales más hambrientos quedaron sin sus pedidos (Joshi y Giova).
La niña que nos atendió nos dijo “sus panqueques van a estar listos en 5 minutos” (todavía creen en el viejito pascuero), fueron los minutos más largos de la historia, Elvis alcanzó a cantar: It's Now Or Never, In My Way, Jailhouse Rock, Love Me Tender, My Way, etc, etc, pasaron como 40 Minutos y no pasaba nada, Joshi tenía una carita que no lo hacía reír ni un sindicato de payasos, pero al final llegó y se devoraron sus panqueques, igual estaban bien pero la espera nos mató la jornada.
Luego de esto, nos dirigimos a continuar el carrete en la casa de Radúl (“El Iglú”), después de prender muchas estufas logramos temperarnos. No se a quien se le ocurrió la brillante idea de jugar al 21 y aportar plata, ya veníamos bastante descuartizados después del “palo” que nos pegó la tecla, pero nos quedaba como “luquita” y teníamos la esperanza de recuperar algo del dinero gastado.
En resumen, Allan nos cagó a todos y se quedó con nuestras preciadas “luquitas”, así que con la cara llena de risa no nos quedó mas que marcharnos a nuestros aposentos.
A pesar todo fue una noche muy agradable.
PD1: ¿Cuándo te armay otro carretito?
PD2: ¿De quién es esta tecla Gorda?
Un Abrazo cariñoso
Il Postino
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